Siempre que vemos un anuncio en prensa o televisión de un tarotista surge la duda de si la persona es realmente lo que dice ser o no pues pocos son los videntes reales sin cartas ni otros elementos predictivos a su alcance.
¿Cómo podemos saber que una persona tiene el don de la videncia? Aunque no es sencillo poder determinarlo la persona que tiene la capacidad de la percepción del futuro de otra persona lo manifiesta una vez que verbaliza sus visiones.
Normalmente accede a una parte del ser humano, de la inquieta persona que formula la consulta y que no ha sucedido aún, hechos que están por venir más allá de ambigüedades o generalidades, hechos concretos y exactos, es lo que determina lo fiable del vidente.
Videncia sin Cartas y Médiums Sensitivas
Para desarrollar todo el potencial de la clarividencia en una persona se necesita de años de perfeccionar y controlar ese don tan especial que, habitualmente, viene marcado desde el momento del nacimiento.
Muchas personas se dedican en la actualidad al desempeño de la videncia pero a través de las cartas del tarot, basando su predicción íntegramente en lo que las cartas le dicen o no de la persona, esto es un error.
Igualmente muchas personas son las que están en servicios telefónicos y van atendiendo a los clientes en función de cola de espera, petición o carga de trabajo, llamadas desviada por un operador o centralita y que realiza un trabajo en serie, que no serio, de lectura vía tarot.
Todo ello constituye un error: el tarot o la videncia no se pueden desempeñar desde un gabinete donde se tiene a la persona encajonada en una oficina, donde la rigidez del trabajo permite pocas percepciones y donde, en muchas ocasiones, la persona sólo ha realizado un curso de tarot y se cree, o la creen, capacidad para realizar una labor tan delicada.
La realidad es que la correcta consulta es la que te hace una vidente sin cartas, la verdadera y real, es la que se realiza sin gabinete, para ello debemos saber que la persona, al atendernos, no está rodeadas de voces que tratan temas similares o si pasan la llamada a una persona teniéndonos en espera. El ruido de fondo determina, en muchas ocasiones, que se trata de un gabinete: la videncia no se puede realizar desde estos lugares.
Un gabinete no tiene las condiciones idóneas para que la persona puede ejercer la percepción extrasensorial y su especial capacidad, este reduce las opciones y posibilidades siendo pocas las clarividentes que realmente aceptar trabajar en esas condiciones y siendo dudosas sus predicciones.
Videntes Fiables sin Gabinete
Los videntes sin cartas y reales sin gabinete son aquellos que necesitan de un entorno confortable, íntimo, reservado, para poder realizar su importante tarea de ayudar a otras personas.
Una videncia es real cuando el clarividente de nacimiento ha desarrollado todo su potencial y es capaz de saber que afecta a una persona sin apenas hablar con ella, percibe lo que hay a su alrededor, lo que le afecta.
Las videntes de confianza que realizan estos pronósticos pueden hacerlo de forma presencial en su casa o lugar habilitado para ello o vía teléfono cuando son personas de otros puntos geográficos los que realizan las cuestiones a resolver.
Cuando públicamente se conoce que una persona tiene el don de la videncia, y lo ejerce sin cartas ni gabinetes, suele estar altamente solicitada y por ello el teléfono es un medio ideal al poder realizar consultas más cortas y económicas.
Las consultas puede ser compatibles, tanto la que se realiza de forma física como las que se formulan telefónicamente, cuando la vidente de nacimiento se ha desarrollado y es real es un regalo del cielo al que pocos pueden acceder y se debe aprovechar el tiempo que se disponga con esa persona.
No todos los videntes sin cartas realmente lo son, por ello es importante establecer las pautas con aquellas personas que tienen este don, un tarotista no tiene por qué ser una vidente fiable y los médiums no tiene por qué ser tarotistas aunque controlen y dominen el arte de los arcanos.
Igualmente no siempre se acierta en la predicción a la persona, en no pocas ocasiones el consultante establece una zona de seguridad mental o, por razones de la vida, no permite la lectura al clarividente, en este caso sería injusto generalizar y tildarlo de lo que no es.
El terreno de los buenos tarotistas, de los videntes famosos debe ser acotado también por la persona, debe buscarlos, no siempre se acierta al primer intento y se debe pasar por muchas experiencias antes de encontrar a uno de ellos, el asesoramiento se antoja crucial así como las recomendaciones de un entorno seguro.
Clarividentes Reales y Buenas
Las clarividentes en muy rara ocasión admiten que en torno a ellas haya otras personas que puedan distraerla de su labor, extrañamente admiten elementos que supongan interferencias en su capacidad de percepción.
Dentro del espectro del devenir el clarividente real y fiable es aquella que se desarrolla en un ambiente en el que se ofrecen respuestas a la persona, en la que se aciertan sobre determinados hechos pasados y donde, de alguna forma, resulta inexplicable que puede saber detalles determinados que han afectado al consultante.
El vidente sin cartas real es aquel que demuestra sus dotes incluso sin necesidad del mazo del tarot pues este sólo es un complemento, una ayuda orientativa.
Siempre que acudamos a un tarotista, que se precie de serlo, no necesitará más que de su persona para poder verbalizar aquello que ve en torno a alguien dentro de su futuro a corto, medio o largo plazo.
Un tarotista fiable no necesita de otros elementos y mucho menos de gabinetes de tarot que sólo ponen de manifiesto la estandarización en unas dudosas predicciones. El que tiene ese don realmente no necesita más que de la honestidad de sus palabras y acciones.