Hay tierras y regiones donde la magia y lo sobrenatural tienen y cobran una significación especial, en España, una de ellas, es Galicia. En su verde paisaje encontramos las huellas del misterio en aquellas que son capaces de ver más allá, de ver el futuro de un ser humano.
Son los videntes gallegos personas de un gran prestigio, los podemos encontrar en las grandes ciudades o en las pequeñas aldeas de todas las comarcas del norte que ocupan; temerosos de su don no dudan en ponerlo al servicio de quién lo necesite y su grado de acierto es muy elevado.
La videncia es una cualidad natural, innata, desde el nacimiento, que acompaña a quién tiene la fortuna de tenerlo.
Para unos puede llegar a ser una especie de “maldición doméstica” pues le lleva a presentir, o ver, cosas que no desearía y que, con el paso del tiempo, se cumplen irremediablemente.
Quién tiene esta capacidad la tiene desde pequeña, y que son las verdaderas videntes de confianza, siempre comienza con los típicos sueños –estando despierto- donde el pequeño se acerca a sus padres y dice que ha visto un accidente o como a tal o cual amigo o familiar le sucede algo. La respuesta paterna es siempre la misma: “Eso ha sido un sueño” y se tiene la convicción que son pesadillas allá donde no se puede dar más explicaciones.
Pero a medida que se crece se toma consciencia real de esta facultad especial, se aprende, poco a poco, a controlarla y orientarla allá donde es posible concretar esas visualizaciones. Puede haber dos opciones: que con el crecimiento se pierda ese poder o que se mantenga y potencia ayudando a controlar todo lo que afecta y poder verbalizarlo a sus protagonistas.
En cierta ocasión una consultante nos agradeció este servicio: “Tenía un problema con mi pareja, un tema de enfermedad que nos estaba alejando y yo no sabía cuál era la razón de todo ello. Una amiga me recomendó que llamará a una vidente gallega que ella conocía y que era muy buena, a ver si ella podía ver lo que estaba ocurriendo”.
Es un claro ejemplo de lo que alguien con esta gracia y don natural que es la videncia se puede hacer. Tienen muy desarrollada esta capacidad extrasensorial y además pueden tomar retazos de un tiempo venidero que está por llegar y hacer sus observaciones teniendo la certeza que ocurrirá en un futuro cercano o a medio plazo.
Estos dotados han aprendido a conocerse mejor a ellos mismos, a entender la mecánica de la vida, a ser consciente que sólo tenemos una vida y que hay que vivirla y aprovecharla. Comparten sus ideas, sus experiencias, sus visiones globales que afectan a la sociedad o a un grupo concreto.
En ocasiones han llegado a vaticinar hechos que estaban por suceder, un caso muy especial es el de una vidente gallega que no quiso hacer un viaje a Nueva York por qué semanas antes había soñado que se caían las Torres Gemelas, de hecho lo comunicó a sus familiares y amigos a modo de anécdota pero con la duda de si pasaría o no. Era el mes de Julio, el 11 de Septiembre se producía uno de los mayores atentados terroristas que ha vivido nuestra Humanidad.
La capacidad de percibir momentos que depara el destino a un ser humano es algo grandioso que sabiéndolo orientar a cuestiones particulares es aún más sorprendente. Todo puede ser objeto de nuestras preguntas que si puede ser visualizado será respondido.
Como es obvio debe tener una preparación, una concentración previa, este tipo de actos de predicción desgastan mucho psicológicamente, y físicamente, a la persona. Debe tomarse unos descansos y tener mucha calma pues para ellos es algo que es como si estuvieran viviendo en ese momento en carne propia.
Si lo que le inquieta es su provenir o determinadas cuestiones que le preocupan no lo dude, todo lo que sea lo que te turba puede ser atendido. Los sentidos de estos están muy agudizados y, en muchas ocasiones, con sólo verlos o sentir su voz comienza esa conexión mágica que le lleva allá donde no puede estar más que con el paso del tiempo y en ello las videntes gallegas son las más prestigiosas.
Nos darán una información sorprendente y detallada de nuestro pasado y nuestro presente así como nos orientarán en todo lo que es nuestro devenir.